Iniciando el hábito del club de las 5 AM: día 26, viernes festivo

 Viernes 8 de diciembre, día de la inmaculada concepción en Chile, día feriado, día no laboral, al menos en mi trabajo principal. Levantarse a las 5 de la mañana un día no laboral tiene un lado motivante, que es el poder hacer la rutina de la mañana y tener tiempo para hacer cosas para mí mismo. Ya sea estudiar, trabajar, o incluso divertirme. Claro que ese tiempo es mejor ocuparlo en temas que sean productivos, y por supuesto, en no perder el hábito de levantarse temprano.

Hace ya varios años, mientras regresaba de la ciudad de Valparaíso, donde fui a pedir una oportunidad para que no me desvincularan de mis estudios, pasé frente al santuario de la Virgen de Lo Vasquez, y le prometí que si me ayudaba con la petición, volvería a visitarla en bicicleta. Y así fue, se logró y lo cumplí, y fui durante varios años a visitarla en este día, en principio para cumplir con lo prometido, y luego para repetir una experiencia que me permitía probar mi capacidad de ponerme una meta y conseguirla a pesar de las dificultades.

Más allá de la religiosidad, cuando tengo alguna dificultad que parece imposible, recuerdo que fui capaz de pedalear durante horas para recorrer los 74 kilómetros que separan la ciudad de Santiago de Chile, con el Santuario de Lo Vásquez. Incluso la primera vez lo hice de día, con muchísimo calor y en un camino peligroso ya que también circulaban autos y buses. En los años siguientes lo hice de noche, sin dormir, enfrentando el frío y la oscuridad, la soledad muchas veces, ya que la primera fui acompañado por un grupo de amigos y en las siguientes fui solo porque ya los demás no me quisieron acompañar.

En los años que me preparé con tiempo, que hice recorridos previos, aunque fue difícil, fue muy diferente a los años en los que no me preparé y viajé de la noche a la mañana. En todos los casos lo logré, y en todos con mucho sacrificio, pero cuando más me costó fue cuando estaba fuera de forma. La moraleja obvia es que mientras más preparado, más llevable es el camino, pero no necesariamente era fácil.

Lo anterior me hace pensar en lo relevante que es mantenerse preparado y en que pese a las condiciones, cada vez que me lo propuse, lo logré, y hoy puedo recordar con orgullo, que fui capaz, que enfrenté dificultades, que puse en riesgo mi vida y que logré la meta cada una de las veces que lo intenté.

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