Iniciando el hábito del club de las 5 AM: día 37, viernes

 Hoy es el último día de colegio de mi hija mayor, en su educación básica y ya el próximo año estará en educación media y si Dios quiere cumplirá 14 años. Todo un hito, al cual decidí sumarme ya que hoy en el trabajo habían actividades navideñas pero pedí el día de vacaciones para acompañar a mi hija al colegio a una ceremonia de transición.

Como no tengo oficina, levantarme a las 5 AM fue un desafío, pero lo hice, en parte porque quiero mantener el hábito pero también porque sigo pensando que este es un hábito que va mucho más a futuro, que busca alcanzar habilidades para lograr nuestra libertad financiera.

Estos últimos días quizás no he avanzado tanto en ese punto, aunque ayer me llamó un cliente y me indicó que quiere retomar un proyecto para la primera semana de enero. Por otra parte, mi tentación por publicar en redes sociales y convertirme en un influencer me tiene un poco obsesionado en esa tarea y ando pensando casi todo el día en ello, lo que me saca un poco del foco de otras tareas. Es como una dopamina la que me llama a estar pendiente de las visitas y de los likes.

Para enfrentar un poco aquello, esta semana pedí prestado un libro, sobre algún tema que fuera relacionado. Por ejemplo, en este caso el libro es sobre cómo hablar en público, tema que yo consideraba que manejaba bien, pero que siempre hay cosas que repasar y mejorar. En realidad, la habilidad de la comunicación es clave en estos días y me gustaría hacerme cada vez más hábil en este tema. Tal vez es algo que siempre he querido hacer desde que estaba en la universidad e intentaba publicar cosas en mis sitios web o en este mismo blog.

Otra cosa que me llama a veces, es el tema de la sicología, y cómo escuchar y orientar a los demás. Una de las características de mi personalidad tiene que ver con que me gusta estar enfrentando cosas nuevas y desafíos de forma permanente. Me aburre siempre lo mismo y me gusta estar pensando en cómo solucionar cosas y cómo responder ante ciertas situaciones. Eso me hace entretenerme cada vez que alguien me cuenta una dificultad personal y pensar en cómo solucionarla. Es un poco como el ajedrez, me gusta pensar en las posibilidades e ir probando distintas jugadas.

Por ahí la intersección de ambos mundos, puede estar en la publicación de contenido donde pueda orientar a las personas y vivir de ello. Recuerdo que en mi época estudiantil, me entusiasmé mucho con la actividad de participar en salas de chat. Incluso fue así cómo conocí a mi compañera de vida, en una especie de desafío por entenderla y conversar con ella. Con los años conversamos menos y discutimos más, aunque estos días hemos estado un poco más calmados. Ella comenzó a seguir unos cursos en línea de temas que le apasionan y le interesan y la he notado un poco más paciente al respecto.

Lo anterior me hace recordar que la clave es enfocarse un poco más en empatizar con la otra persona, ponerse un poco en su lugar, escuchar, ser paciente y desde ahí buscar puntos en común. Es ahí cuando la meditación y la práctica de mantener la calma y el auto control ayudan bastante, a pesar de que ella anoche me indicaba que esto de levantarme temprano a meditar eran puras tonteras. Afortunadamente, he sentido que no lo es, e incluso, todas estas prácticas me han hecho regresar un poco a mi juventud y niñez incluso, cuando mi mente volaba e imagaba cosas de forma consciente para realizar el ejercicio de expandir mi imaginación y entretenerme. Algunas noches, pasaba todas las horas sin dormir imaginando cosas, o incluso alguna vez proyectando diálogos que podría sostener al día siguiente con compañeras de colegio, y al día siguiente, cuando se daba la oportunidad, ya tenía ensayados los diálogos y me sentía bien al ejecutarlos de buena manera. No fueron muchas veces pero cuando pasaba era entretenido y aumentaba mi confianza interior.

Cuando uno crece pierde esa habilidad de imaginar o proyectarse y comienza a centrarse, a veces, en solo pensar en problemas cotidianos y la cabeza no para de pensar sobre aquello. Durante estos 37 días, he escuchado contenidos donde te motivan a ir más allá, a visualizarte logrando objetivos, a controlar tu mente, y eso me ha llevado a esa niñez donde veía a futuro un mundo sin limitaciones donde podía conseguir cualquier cosa.

Y ese viaje ha sido entretenido.

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