Iniciando el hábito del club de las 5 AM: día 30, viernes.

 Ya es viernes 15 de diciembre, llevo 30 días levantándome a las 5 de la mañana y 33 desde que inicié el desafío de desarrollar este hábito que incluye ejercicios, meditación y estudio diario. La verdad es que el estudio diario lo hago hace años y es característico en mí, pero hay otras cosas que he ido agregando con relativo éxito, como por ejemplo, el no ver las redes sociales al dormir y al despertar.

Hoy fallé un poco y eso me distrajo. Mientras hacía mis ejercicios miré la aplicación del banco y eso me alteró bastante porque aunque me habían depositado, no pude hacer una transacción y eso me preocupó. Luego, en vez de meditar inmediatamente también me distraje mirando un poco el celular, como buscando ayuda en las redes. A pesar de todo, hice mis ejercicios, apliqué la ducha fría e hice unos 10 minutos de meditación. Todo eso ayuda.

En este minuto, siendo pasadas las 6:20, mis perritos ya empezaron a pedir su paseo diario, y veo por el borde de las cortinas que ya salió el sol. Además, anoche hice algo que me encantó. Pude leer unos minutos un nuevo libro que traje desde la biblioteca del trabajo, hasta que me quedé dormido solo. Luego desperté para guardar el libro y seguir durmiendo. Hasta ahí perfecto, ya que eso ayuda a tener un siguiente día mejor, y sobre todo, a evitar las pantallas en la hora previa del sueño.

A veces cuesta sostener el hábito de ser más ordenado, de enfocar la mente y de avanzar, pero ahora que lo pienso, ayer fue un día positivo en lo laboral. Seguí avanzando con algunos temas pendientes y me propuse una nueva forma de enfrentar mis pendientes que tiene que ver con identificar de mi lista de tareas cosas a las que les tengo un poco de miedo y que estoy postergando porque no las quiero hacer de inmediato, e intento hacerlas entonces. Una vez terminadas esas pequeñas tareas, es rara la sensación de logro y además de culpa por no haberlas hecho antes, pero al final del día la satisfacción fue grande. Quizás pensar en esa satisfacción ayude a hacer cada vez más esta técnica.

Hoy tengo una actividad fuera de la oficina, que por una parte quería realizar hace años, y por otro lado me da lata porque me saca de la oficina y del día a día normal. Se que suena raro, pero salir de la rutina es desafiante y a veces incómodo. Al mismo tiempo, una parte de mí lo siente como el cierre de una etapa, aunque probablemente para los demás da lo mismo. Es que cuando llegué a donde trabajo actualmente, una de las cosas que se nos comentó fue de esta actividad anual, y resulta que en 7 años nunca se pudo realizar hasta hoy. Entonces, simbólicamente, al menos para mí, es un hito, que no necesariamente me gusta iniciar pero seguramente disfrutaré bastante. Asistirán personas que han sido un aporte en esta parte del año dándome apoyo y escuchándome, y quizás es bueno dar un poco de uno mismo para compartir con todos. Seguro que saldrá algo bueno, y sino, no importa.

Finalmente creo que me he ido transformando un poco. Ayer almorzaba con unos compañeros y hablábamos sobre cómo uno se va pareciendo a las personas con las que comparte, y me preguntaba de qué forma ellos podrían tomar algo de mí y yo de ellos. Muchos meses atrás, me sentía muy lejano y distinto a este grupo y ayer me sentí un poco más cercano, principalmente por los hábitos saludables que estoy desarrollando. Por ejemplo, observé que en la mesa casi todos estábamos tomando agua con la comida, y la mayoría también tiene una rutina de ejercicios periódica. Dos cosas que yo no hacía meses atrás. Hay otros temas en los que no nos parecemos, pero quién sabe, quizás con el tiempo se vayan dando, quizás no, lo importante es que sentí que ya no soy el mismo de años atrás, y aunque no desprecio a mi antiguo yo y valoro harto porque sin ese antiguo yo, no tendría una base desde la cual estoy partiendo, es interesante sentir que vas cambiando. Después de todo, por eso inicié este desafío de madrugar, porque quería cambiar y sobre todo mejorar.