Iniciando el hábito del club de las 5 AM: día 19, viernes

 Último día de la semana laboral, y nos acercamos rápidamente al mágico día 21. Debo confesar que estas últimas tardes han sido un poco desmotivantes. He tenido sueño y cansancio y he caído en la procrastinación por las tardes. Eso me ha desanimado, pero esta mañana al levantarme un poco desmotivado, de nuevo a las 5, recordé que cuando aparecen los pensamientos negativos hay que hacer el esfuerzo consciente de apartarlos y pensar en cosas positivas. Hice mi rutina de ejercicio, me duché con agua fría, medité y ya me siento mucho mejor y con más energía. Quizás hoy sea el día para avanzar en esos detalles que no avancé en los anteriores y también en dar gracias por los avances que sí hice.

Se me terminó el audio libro del monje que vendió su Ferrari. Al final me perdí un poco en los capítulos finales, creo que iba escuchando más de lo mismo una y otra vez. Algo similar me pareció con el libro de el Tony Robbins que ya ni me acuerdo cómo se llamaba pero hablaba un poco de programación neurolinguistica. Al final, otra cosa que tal vez me cansó, fue el exceso de información y debo detenerme un rato a aplicar pero con paciencia.

Repasando estos 19 días, he tomado harta agua, he disminuido el consumo de pan, excepto ayer que comí harto pan integral al desayuno en una actividad del trabajo. Pero hubo otros días donde rechacé helados y cosas que me parecía apetecibles siempre. He practicado minutos de meditación y respiración consciente varios días seguidos en esta semana y he intentado enfocarme más en las tareas al minuto de realizarlas aunque siento que ahí quedé un poco al debe esta semana.

He logrado realizar un video diario para las redes sociales y en promedio han rondado entre 200 y 700 visitas, con algunos éxitos relativos de mil y hasta dos mil. También he recaído a ratos en mirar mucho el teléfono, como causa de esta ansiedad por ver cuántas visitas tiene el video. Esto último debo mejorarlo ya que había logrado alejarme conscientemente del teléfono en ciertos horarios.

En fin, no es fácil regularse, sobre todo si piensas que debe ser una regulación permanente. Pero debes pensar en tus metas, en el beneficio que alcanzarás si lo haces y lo mantienes y en las razones por las cuales iniciaste este desafío. Esa debe ser una buena motivación para recomponerse y seguir adelante.

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