Iniciando el hábito del club de las 5 AM: día 17 miércoles

 Se acerca el fin de semestre académico y en casa, mi señora tiene que terminar varias tareas para las cuales me pide apoyo ya que requieren el uso de programas computacionales y a ella no le gusta y le cuesta un poco ese tema. La verdad es que me pone un poco de mal humor que disponga a diestra y siniestra de mi tiempo y que sea poco agradecida al respecto. Las críticas llueven a la primera y no hay consideración por mi persona, mucho menos por si al otro día debo ir a trabajar cansado por haber trasnochado ayudando en alguna tarea. Ayer me retaron porque esta molestia se traduce en contestar mal y dar las instrucciones de mala gana. (Se que está mal esa parte.) En la discusión, espero que algo de lo que dije con respecto a que me molesta la actividad forzada de ayudar en sus tareas haya quedado. La idea, le dije, es que ella aprenda y no que sea yo el que haya toda la tarea. Debe haber un aprendizaje, ya que para eso son las tareas. De todas formas estamos de acuerdo en que el tema no es agradable para ninguno de los dos pero que el fin es avanzar en los estudios de ella como compromiso conjunto.

Lamentablemente lo anterior desemboca en que mi nuevo hábito de levantarme temprano está siendo duramente criticado. Por una u otra razón, mi señora prefiere que no me levante temprano y que esté disponible para su servicio personal hasta la hora que a ella quiera. Se lo reproché y no me fue muy bien. Claramente se opone a que me levante temprano porque dice que cuando regreso del trabajo llego cansado y con sueño.

La verdad es que siempre he llegado igual. El día laboral cansa, independiente de las tareas y es difícil no llegar cansado al final del día. Además apenas es una hora de adelanto con respecto al horario en que la mayoría de las personas se levanta en esta ciudad y esa hora, aunque ella piense que es una pérdida de tiempo, es para mover mi cuerpo y espíritu, es una inversión en mi salud individual que debería beneficiarnos a todos, no solo a mí. Tendré que pensar al respecto en cómo hacer que lo vean como algo positivo y no como un simple capricho. Anoche probé algo para sobrevivir al sueño nocturno, fui al baño y puse mis manos en agua fría de la llave por un par de minutos. Eso me ayudó a despertar y mantenerme despierto hasta la media noche. No fue un café ni una bebida energética, fue el hacerme consciente del efecto del agua fría en las manos y del intento de mi cuerpo de regular esa temperatura. Imaginé que se estaban generando los movimientos necesarios en mi organismo para regenerar energías. Me dormí tarde pero desperté solo a las 3 AM y luego nuevamente un poco antes de las 5, ya listo para levantarme temprano otra vez. Quizás incorporar una ducha fría al llegar del trabajo, me ayude a recargar energías para las últimas horas del día.

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