Sobre licitaciones y demases
Por estos días una de las noticias que circula en Chile, en el aspecto político administrativo, tiene que ver con licitaciones y procesos de compra fallidos, ya sea por incumplimiento del reglamento del proceso (en el caso del litio) o por supuestos sobreprecios atribuidos a la filtración de información secreta como los presupuestos o la cantidad de oferentes.
Basado únicamente en las informaciones citadas en medios escritos y radiales, (mi favorita es la radio Bío Bío www.rbb.cl) puedo comentar que me parece bastante curioso lo que ha sucedido, sobre todo porque hace un par de años, tuve la experiencia de trabajar como ejecutivo de licitaciones en una empresa del estado.
En el caso del litio, la empresa ganadora ha sido acusada de haber presentado una declaración jurada indicando que no tendría juicios pendientes con el estado, a lo que se suman elementos sospechosos, como el alto precio ofertado que hace pensar a algunos que quizás fue un precio a sabiendas que la licitación estaba viciada y que por lo tanto nunca se llegaría a desembolsar.
Lo anterior me recuerda un caso de una compra grande donde al abrir las ofertas económicas nos encontramos con que el precio ganador era exactamente igual al presupuesto asignado para el proceso de compra, dato que supuestamente debía ser secreto. En ese momento más de alguno me miró con cara de "tu filtraste la información" pero rápidamente se supo la forma en que se pudo haber filtrado el dato y afortunadamente no había nada trucho.
En defensa de la empresa proponente, de los cuales no tengo ninguna razón para pensar mal, en este caso el presupuesto era el mismo que se había utilizado años antes en la misma compra, por lo que era un dato disponible públicamente al que tenían acceso todos los proponentes. Lo único raro, fue que el presupuesto precisamente se mantuvo, tema que nunca sabremos si fue filtrado o no.
En este caso, "no necesariamente por estas razones" el proceso no se adjudicó y se volvió a licitar. La empresa ganadora optó por no volver a participar aludiendo en lo formal razones internas, pero en lo informal estaban muy molestos, porque su oferta se ajustaba en todo a lo requerido por las bases, y porque sospecharon que el proceso se estaba arreglando para que en la segunda vuelta ganara la competencia y no ellos.
Arreglines más, arreglienes menos, como buenos caballeros la cosa quedó en nada y todo siguió adelante apegados a la legalidad de la mejor forma posible. Este evento fue uno de los que comenzó a moverme el piso para querer salir de ese cargo y buscar nuevos horizontes.
Volviento a la actualidad, nuevamente el precio ofertado llama la atención. Se trata de un caso de compras del Ministerio del Interior, que llama la atención de CIPER Chile, entidad que denuncia que se licitaron equipos con un 400% de sobreprecio en un gran acierto periodístico.
Imposible dejar de recordar todas esas carreras a la oficina de nuestra abogado experta, para pedirle ayuda con los textos de las bases de licitación, sobre el análisis de ofertas y sobre qué era lo correcto o no. Al respecto nada que decir, ya que aparte de ser un siete como persona, siempre los comentarios de nuestra abogado fueron acertados y apegados a la defensa de procesos justos y apegados a la norma. Es que cuando se trabaja en licitaciones se debe ser cuidadoso hasta con los puntos y las comas.
Por eso, ahora que escucho sobre los problemas en el Ministerio del Interior, me parece que está claro que todos los involucrados tenían más que claro lo que estaba pasando, y también está clarito que la actitud de todos siempre va a ser el típico "yo no fui y si fui no me acuerdo".
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