Pasa hasta en las mejores familias
No sé si lo conté por acá, pero desde hace varias semanas, con mis amigos Vladimir y Juan, nos hemos embarcado en un proyecto denominado donapi.com que consiste en ofrecer servicios de hosting web en una plataforma Windows.
La novedad de lo anterior, es que desde hace un año y medio aproximadamente, con Juanito hemos revendido hosting linux, algo bastante común en el medio, y la verdad, bastante simple en su administración, por lo que nos ha ido bastante bien y hemos adquirido una experiencia que nos permite ser un gran apoyo para nuestros clientes.
El tema Windows va un paso más allá, y aparte de significar una tecnología diferente, para nosotros implica administrar por completo un servidor y entendernos con un proveedor gringo que aunque habla español, preferimos abordar por completo en inglés.
Hasta ahí iba todo bien, sin embargo se me ocurrió hacer unas instalaciones algo rebuscadas y en palabras simples, eché a perder el servidor, por lo que luego de darle vuelta por un par de días (afortunadamente aún estábamos en etapa de pruebas y no teníamos a ningún cliente por completo en dicho equipo), decidimos formatearlo y volver a empezar desde cero. (Un lujo que nos podemos dar sólo porque no hay clientes en producción)
Esta tarde, durante mis últimos días en mi actual trabajo, de golpe los servidores dejaron de funcionar. Una plataforma, por la cual imagino se deben estar pagando unos 7 mil dólares mensuales, simplemente dejó de funcionar a las 3 de la tarde y dejó sin hacer negocios a toda una empresa, de unas 70 personas.
Y aunque la falla fue casi a la hora de almuerzo, al momento de escribir estas líneas, cuando ya debería estar durmiendo, los sistemas aún no funcionan.
La novedad de lo anterior, es que desde hace un año y medio aproximadamente, con Juanito hemos revendido hosting linux, algo bastante común en el medio, y la verdad, bastante simple en su administración, por lo que nos ha ido bastante bien y hemos adquirido una experiencia que nos permite ser un gran apoyo para nuestros clientes.
El tema Windows va un paso más allá, y aparte de significar una tecnología diferente, para nosotros implica administrar por completo un servidor y entendernos con un proveedor gringo que aunque habla español, preferimos abordar por completo en inglés.
Hasta ahí iba todo bien, sin embargo se me ocurrió hacer unas instalaciones algo rebuscadas y en palabras simples, eché a perder el servidor, por lo que luego de darle vuelta por un par de días (afortunadamente aún estábamos en etapa de pruebas y no teníamos a ningún cliente por completo en dicho equipo), decidimos formatearlo y volver a empezar desde cero. (Un lujo que nos podemos dar sólo porque no hay clientes en producción)
Esta tarde, durante mis últimos días en mi actual trabajo, de golpe los servidores dejaron de funcionar. Una plataforma, por la cual imagino se deben estar pagando unos 7 mil dólares mensuales, simplemente dejó de funcionar a las 3 de la tarde y dejó sin hacer negocios a toda una empresa, de unas 70 personas.
Y aunque la falla fue casi a la hora de almuerzo, al momento de escribir estas líneas, cuando ya debería estar durmiendo, los sistemas aún no funcionan.
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